Valeriano Gómez, exministro de Trabajo entre 2010 y 2011 y coautor del libro Remunicipalización: ¿ciudades sin futuro? participó recientemente en la mesa redonda «La colaboración público-privada en el sector del agua en España»:

—¿Qué destacaría sobre la colaboración público-privada en los servicios de agua urbana?

—Nosotros tenemos el sistema público de pensiones del mundo que más pronto reconoce una pensión. No hay ningún país en el mundo que reconozca una pensión en menos de un mes. Y no hay ningún sistema público ni privado en el mundo que reconozca una prestación por desempleo en menos de ocho o nueve días… Lo que quiero decir con esto es que deben haber apriorismos.

—¿La clave está en cómo abordar el debate?

—Creo que no deberíamos enfocar esto con anteojeras, aunque la política y la ideología sean absolutamente legítimas, faltaría más. ¿Por qué? Podemos encontrar magníficos ejemplos en un sentido y en otro. Hay un libro buenísimo, Los límites del mercado de Paul de Grawe, que nos recuerda estas cosas.

—¿Algún precedente en el que no haya primado la ideología por encima de consideraciones técnicas?

Yo conocí al alcalde de Bolonia, una gran ciudad europea, que decidió llevar a cabo un proceso de privatizaciones en el ámbito público. Era el mejor alcalde entonces y seguramente lo siga siendo ahora en la historia italiana. Y pertenecía al Comité Central del Partido Comunista italiano de entonces. Osea que en esto, anteojeras, en mi opinión, las justas.

—¿Cual debe ser entonces el punto de partida a la hora de analizar un modelo de gestión?

—Hay que estudiar caso por caso, en ambos sentidos: tanto para defender al mercado y a la colaboración público-privada como para defender a lo público cuando se hace de forma transparente, desde la verdad y desde el interés general.