El anuncio de que un Ayuntamiento como el de Valladolid va a dedicar esfuerzos y presupuestos a la mejora de las zonas verdes de la ciudad es siempre digno de aplauso. Recientemente, la Concejalía de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, dirigida por María Sánchez, ha propuesto la adjudicación del contrato por valor de 490.000 euros a la Junta de Gobierno Local, que ha aprobado la contratación de un servicio para el programa de reformas y mantenimiento en zonas verdes de los barrios correspondientes a las inversiones financieramente sostenibles.

Se trata de dos lotes para actuar en la ciudad, tomando como referencia el río Pisuerga. Así, se cuenta con un presupuesto para la Zona Margen derecha de 253.770,08 euros y de 234.086,79 euros para la izquierda. Las actuaciones se realizarán por toda la ciudad de Valladolid, destacando actuaciones necesarias para el arreglo de diferentes parques de la ciudad y para atender a demandas vecinales durante este segundo periodo del año. Estas inversiones se sumarán a las que se aprobarán próximamente como Inversiones Financieramente Sostenibles y que alcanzan un montante total de 1.121.000 euros correspondiente al servicio de Parques y Jardines.

Como ha explicado María Sánchez, la división en lotes permite acceder a más empresas locales, ya que favorece la participación de las PYMES en este tipo de concursos públicos. Todo correcto. Pero no deja de ser sorprendente que un político como María Sánchez, que a la hora de municipalizar el servicio de agua acudía a argumentos como que el agua es un bien público y su gestión debe por lo tanto ser municipal, tome esta iniciativa. Y digo que es sorprendente porque a diferencia de cuando se municipalizó el servicio de agua, el Ayuntamiento de Valladolid sí cuenta con un servicio propio de mantenimiento de parques y jardines, con personal cualificado y años de experiencia a sus espaldas. A pesar de ello, ahora decide que estos arreglos y reformas se adjudiquen a empresas privadas.

No tengo nada que objetar a la colaboración público-privada, es más creo que en casi todos los casos es la forma de gestión más eficaz y con menor coste para los ciudadanos. Pero no deja de sorprenderme la selección de principios políticos que hace María Sánchez según le conviene. ¿Es que los parques y jardines municipales no son un bien público? ¿Por qué entonces en este caso no pasa nada porque los gestione una empresa privada? ¿Y si la idea es que lo haga una empresa privada, para qué sirve el servicio municipal destinado a ese fin? Un servicio, por cierto, que lleva muchos años trabajando de manera ejemplar.

Tal vez lo más positivo de todo esto es que queda bien claro que cuando María Sánchez repetía sus mantras sobre la municipalización del servicio del agua no lo hacía por criterios técnicos, ni siquiera por ideales políticos irrenunciables. Otros motivos debía de tener, porque cuando le viene en gana, adjudica a empresas privadas un servicio, que por si fuera poco ya está cubierto por un Servicio Municipal, con su propia dotación de personal municipal y presupuestos.

Un buen ejemplo de ideología marxista. De la de Groucho Marx, cuando afirmaba que estos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros. Y también un buen ejemplo de la poca solvencia intelectual y de la reducida capacidad política y de gestión de una concejal que ha orquestado la municipalización del servicio de agua en Valladolid, uno de los más fundamentales, si no el que más, para la ciudadanía. Una municipalización que de momento solo ha tenido un beneficio demostrable. El beneficio de María Sánchez, que se ha colocado como presidente de la nueva empresa municipal de agua.

Diego Jalón